miércoles, 28 de octubre de 2009

La Magia de la Noche en el Museo del Prado




La semana pasada tuve la oportunidad única de poder acceder al Museo del Prado por la noche. Una visita organizada por Telefónica, y que entre más de 18.000 concursantes me tocó. Quizás hubiera preferido que me tocara otra visita como a la biblioteca Nacional o al Museo de Ciencias Naturales, más desconocidos para mi, pero no iba a decir que no a esa oportunidad. Fue algo muy llamativo, y posiblemente para personas que no sean historiadores del arte, como yo, algo más atractivas. Por ello, creo que Enrique disfrutó más que yo. La visita comenzaba a las 10 de la noche en la parte nueva del museo, concretamente comenzamos poR el Claustro, el cual nos lo explicaron muy bien, y nos contaron muchos aspectos de una ampliación que sigue sin convencerme. De ahí pasamos, a lo que para mi fue la estrella de la noche, el gabinete de dibujo, explicado por un señor apasionado que todo lo que relataba lo hacia con tal énfasis que te daban ganas de ponerte a dibujar allí mismo. Vimos además de los planeros de almacenaje algunas obras importantes de Carduccio, Alonso Cano, Goya o Ribera, una cosa deliciosa, que viéndola de cerca gana en calidad infinitamente. En aquella sala sí que me quise quedar eternamente, una delicia. Pasamos, en un gran ascensor, a los nuevos almacenes, bien colocados, estructurados con inteligencia, y algo muy profesional, pero claro para colmo que no lo fueran, sí son nuevos, me hubiera gustado ver los antiguos… allí había algunas obritas que me hubiera llevado para casa, menuda colección almacenada. Y de los almacenes pasamos a ver el corazón del edificio Villanueva, es decir Las Meninas, un conservador nos explicó brevemente a Velásquez, y de manera misteriosa nos descubrió Las Meninas, y justito al terminar las luces del museo se apagaron y como cenicienta tuvimos que salir corriendo. Aunque he de decir que en esas salas del edificio Villanueva , sin gente, todas en penumbra la magia se respiraba, y estoy segura de que los personajes retratados cobran vida y disfrutan de las estancias cotorreando sobre todo lo que ese día han visto.

lunes, 12 de octubre de 2009

El Museo del Prado, visita en familia…




Hace un par de semanas tuve la opción de llevar a dos de mis sobrinos, los mas mayores al Prado, por petición de ellos, eh¡¡¡no os vayáis a pensar que soy una tía pesada y cultureta.
Deberían de ser ellos los que dijeran, sí dicha visita, les sirvió para algo o no, a mi sí. Es cierto que hacia tiempo que no iba a ver la exposición permanente del museo, siempre acabo yendo a ver alguna exposición concreta, la veo y me largo. Y por otro lado, decidí hacer una visita didáctica y no erudita, es decir, explicarles los conceptos, los movimientos, la relación del arte y el hombre, el avance del mismo de la mano de la misma historia, la importancia de ello dentro de nuestra propia existencia. Cuando estuve preparando la visita llegué a la conclusión de que a aquella persona que está interesada en el arte, pero no es avanzada en la materia, de poco le sirve quedarse con muchos datos sino es capaz de apreciar aquello que está mirando, y al menos entender que significó en su momento. Poco me interesaba a mi, que mis sobrinos salieran del museo sabiendo decirme en que fecha se pintaron las Hilanderas, y quién es Durero, sino saben que primero va el románico, luego el gótico, y así sucesivamente. Otra cosa que aprendí es que el discurso por salas expositivo del Prado es bastante jaleoso, para llevar un hilo cronológico conductor, y finalmente redescubrí porqué estudié Arte, porque me encanta, porque allí dentro me sentía en mi salsa, porque me encontraba a gusto, y porque además me encantó trasmitírselo a mis pequeños, y ver que les parecía interesante…en cuanto ellos quieran volveré a llevarles a otro museo, ellos aprenden y yo disfruto.

viernes, 2 de octubre de 2009

La lectura de un clásico: Fortunata Y Jacinta.




Durante este fin de semana pasado se planteó en la Mesa de Grandes Clásicos un tema llamativo para mi, como podemos hacer que un niño o adolescente se inicie en a lectura de los clásicos.
Yo pensé para mi que lo que deberíamos hacer es elegir bien los libros que les íbamos ha hacer llegar, seleccionando temas de aventuras o de gustos afines a ellos.

Hace quince días en un miniclub del foro comenzamos a leer Fortunata Y Jacinta, y aunque aun no lo he terminado, estoy a escasas 300 hojas, muchos pensamientos agolpan mi mente, se me plantean muchas cuestiones relacionadas con la pregunta anterior, y con el libro en sí mismo. La obra en sí es magnífica, de eso no cabe duda, ni os voy a descubrir la Atlántida. Pero hay miles de enfoques y de aspectos que deben ser reseñables al leer esta obra.
Por un lado la trama en sí, que no deja de ser una trama de embrollos amorosos, sociales y costumbristas. Chico conoce chica, y toda una historia entre medias, dicho así parece simplona la idea, pero eso es la hoja mas superficial del libro, bajo de ella crecen ramas, el tronco y miles de raíces que la hacen ser lo que es hoy, una obra clásica de nuestra literatura.

Ya he comentado en el foro muchos aspectos que me han resultado llamativos del libro, destacando sobre todo la caracterización de los personajes, tan resueltos y completos. Esos apodos maravillosos adecuados a sus personalidades. La crítica política, o simplemente la discusión política tan amena y avanzada a su tiempo, frases inconmensurables…cito una que ayer me dejó sorprendida por el concepto que encierra tan novedoso para su época:

El antiguo Testamento está basado en las Teogonías persas e indias....

Junto a esta posición política hay también un gran despliegue de tensión social, temas actuales y contemporáneos al autor, pero igualmente impactantes. De aquellos que más he podido aprender y sacar provecho es de su visión a las clases sociales. Esa continua diferencia social, remarcada por los diálogos, donde deja claro en varias ocasiones que el pueblo es pueblo, sin que en él quepa la posibilidad de cambio. O ese afán continuo que hace que Fortunata quiera ser decente u honrada como dice ella. Lo que me lleva a otro planteamiento, el de tema del trato a la posición de la mujer. Nos encontramos con dos mujeres marcadas por un hombre, de diferente modo, pues una parece gozar del amor de este y la otra de su compañía. Aunque en ambos casos de lo que gozan es de su egoísmo y mal hacer. Un hombre de los más desagradables que he encontrado en las novelas, pues la maldad de su corazón es tal que envuelve todo aquello que le rodea. Por un lado Jacinta, aparentemente una mujer de pueblo, pero de clase media, que medio enamorada o encandilada por el Delfín se deja hacer, sin dejar de ser consciente de que su marido es de manera vulgar, un pedazo de golfo. Y la pobre Fortunata que con su belleza se gana el corazón o las bajas pasiones de el Delfín, pero que por ello será sumamente desgraciada. No he llegado al final, pero espero que ambas mujeres encuentren su felicidad alejadas de él.
Por otro lado dicho tema es ya conocido por la historia universal, y por todos nosotros. Sin embargo mirándolo con ojos del siglo XXI espero que la mujer sea capaz de avanzar y no quedarse encerrada en esos sentimientos. Comprendo que en el siglo de Galdos, hasta esos mismos pensamientos de las dos protagonistas son bastante progresistas, no dejan de arrastrar ese lastre social y tradicional. Mi pregunta es: ¿seguimos llevando dicha carga?

Tras esta lectura personal de la obra, donde solo he transcrito la mitad de las cosas que medito al leerla,quiero terminar con otra cuestión que me ronda. ¿Se puede leer un clásico por leer?, ¿se puede leer un clásico simplemete por vicio?. Distraerte y concentrarte en la lectura sin mirar ningún otro aspecto. Yo creo que no. Quizás para el adolescente que se adentra en este mundo la lectura se queda triste, como ausente de fuerza. Lo que quiero decir es que Fortunata y Jacinta es un gran libro por qué lo traslado continuamente a la sociedad en que está escrito, porqué conozco la trayectoria de su autor, y valoro tantos aspectos porqué se encuentra contextualizado a ese momento, y traspasando las barreras de su margen histórico. Pero como un chaval de 14 años leerá todas esas cosas? Y aun así podría gustarle?

Y para rematar este comentario de texto gratuito, quiero citaros una frase que me ha impactado y que además me parece grandiosa por todo lo que encierra en sus palabras, nunca matar el tiempo se dijo de manera tan sublime:

Juan Pablo era un asesino implacable y reincidente del tiempo