martes, 1 de diciembre de 2009

Fin de semana Soriano.



Hace unos tres fines de semana anduve por tierras castellanas, concretamente sorianas. Y aunque en Madrid hacia temperatura ideal, allí ya no tanto, algo de rasca corría. Íbamos a un pueblecito perdido de la mano de Dios, donde el alojamiento estaba patrocinado por Carmen, mi jefa. Una casita que por fuera parece una mas, pero que por dentro está bien habilitada, de maderita, y con chimenea, que más se puede pedir. Fuimos 6 personas con un cargamento de comida y demás brebajes. Para no complicarnos la vida y hacer que el fin de semana fuera un poco más cultural fuimos a comer a Medinaceli, un pueblo precioso, de calles empedradas y olor a chimenea. Comimos como solo se come por aquellas tierras, y pasamos frío, como solo allí saben.



Tardecita recluidos, de juegos, risas, fotos, música, charla y merengues contra mi rostro, y a descansar. Al día siguiente tocaba Tocata y fuga, es decir, vuelta para los madriles, que remedio. Pero alargando la excursión decidimos hacer parada y fonda en Sigüenza. Otro pueblo precioso, menos rústico, más señorial, con un castillo imponente que vigila la ciudad, con tiendecitas de artesanía medieval preciosas, y donde tampoco lo hicimos mal a la hora de plantear la comida, le toco a un medieval, que tenía una carne deliciosa.



Y punto y final a la excursión, cortita pero completa. Prometimos repetir, y como excusa para ello dejamos la nevera bien surtida de bebidas, para una próxima escapada.

1 comentario:

Violeta J. dijo...

A ver, a ver... mucho frío, pero en la foto te veo con mangas cortas!! Y me ha dado un yuyu, que lo sepas.;)
Pero se ve que lo pasastéis bien, eso se nota en las ganas de volver. Envidia que tiene una.