viernes, 9 de abril de 2010

Indignacion



Es posible que a causa de llevar doce días madrugando, y haberme hecho una guardia de cuatro días mientras el resto del mundo disfrutaba de su tiempo libre, me halla desquiciado los nervios. Pero creo que también ha podido contribuir a ello mi entorno. Diría hostil, pero quizás sea excesivo, mejor diré maleducado, irrespetuoso, vago, y sinvergüenza. El martes, tomando algo con mi amiga Maje hablábamos justamente de esto, de la caradura que tiene la gente en sus puestos laborales, y como abusan de aquellos que por naturaleza salimos educados y trabajadores. Pero al igual que nuestra esencia es así, a veces creo que hubiera preferido nacer vaga, sin inquietudes, y vivir así, sin pena ni gloria. Y no es que envidie esa actitud, sino que creo que a veces la ignorancia es un bien preciadísimo. También la ineptitud es bastante valorada en algunas ocasiones. La facilidad de algunos seres para ignorar sus responsabilidades, para delegar cosas en el de al lado, en abusar de la disponibilidad del de enfrente, de exigir cuando no pueden, de recriminar sin corresponderles, de presuponer que debes hacer algo sin ser cierto. Y todo ello es posible por que por suerte o por desgracia, mis padres tuvieron a bien darme una buena educación, respetar a aquellos que conviven o con los que me cruzo en el mundo. Y a veces, me dan ganas de mandar todos esos modales a la mierda, de decir las cosas como son, de explicarles, sin demasiadas buenas palabras a la gente, que hay cosas que en esta vida que se hacen por amistad, pero no por obligación. Quizás ellos que nunca han hecho nada por nadie, y que no ven más allá de sus narices, seguramente más por ignorancia que por inteligencia no sean capaces de apreciar dichos gestos, ni siquiera creo que sospechen que existen. Así que, en días como el de hoy, lo mejor es ser uno mas en la oficina, hablar poco o nada, y esperar que el día termine lo antes posible, para no llegar a alguno de los episodios que anhelo y he comentado anteriormente. Si el lunes tengo que venir a trabajar será porque además de educación mis padres me dieron también un buen grado de autocontrol.

domingo, 4 de abril de 2010

Caravaggio, Roma y Yo



Este año se cumple el aniversario de la muerte de Caravaggio, hace ya 400 años. Un Pintor extravagante, complicado, barrullero, excepcional, y sobre todo deleznado y admirado por igual.

Se encuentra en el Quirinale, sala de exposiciones famosa en pleno centro de Roma. Situado, el Palacio, en una de las colinas, cuya plaza se encuentra flanqueada por dos estatuas gigantescas de época romana, Castor y Polux. Desde allí las vistas de la ciudad son impresionantes. Y ante tan bello cartel, inauguraron en febrero una exposición de este artista barroco que abarca 30 de sus 40 obras pictóricas. Imagino que las de las capillas de San Luis de los Franceses, y de Santa María del Popolo, no habrán salido de sus casas, pero muchas otras si.




Por este motivo a finales de abril, aprovechando la exposición y las ganas que tengo de ir a Roma, otra vez, allá que iré. Con otros seis incautos que pretenden ver y aprender cosas de Roma a través de mis ojos; y un poquito de mi mismo amor por la ciudad. Con esta excusa, válida como otra cualquiera, voy a Roma por 8º vez. Hace ya muchos años que me cautivó, espero que a aquellos que fueron conmigo les cautivara igual, pues es díficil que alguien haga tan buena propaganda de un sitio. Ya hecho de menos el ruido de sus fuentes, su bullicio, sus motos y trafico infernal, sus rincones renacentistas, el silencio de sus Iglesias, sus impresionantes obras de arte comunicándote el esplendor que vivieron; un espectacular conjunto que solo con sentirlo en sus calles te traslada. En fin nostalgia que el 23 de abril se me quitará, para comenzar de nuevo el 25 cuando el avión se aleje de la ciudad del Arte.